La seguridad vial de los motociclistas: Una prioridad estratégica para la ANDI en Colombia


La gestión de la seguridad vial es hoy una prioridad ineludible para  los sectores publico y empresarial  en Colombia. Con más de 800 mil motocicletas matriculadas anualmente y su presencia en más del 30% de los hogares, este medio de transporte es fundamental para la movilidad y la productividad del país. De hecho, estudios recientes indican que casi la mitad (46.4%) de los usuarios de motocicletas en Colombia son empleados que utilizan este vehículo como medio de trabajo y transporte. En este panorama, la Cámara de la Industria de Motocicletas de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) lanza una iniciativa clave: "Movemos Colombia", diseñada para transformar la cultura de seguridad en dos ruedas.

Esta preocupación por la seguridad se traduce directamente en la gestión de riesgos laborales y el bienestar de los empleados. Iván Darío García Franco, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Motocicletas de la ANDI, subraya la visión detrás de este proyecto: “La motocicleta no debe ser el punto de partida, sino el resultado de una preparación consciente. A quienes sueñan con su primera moto, los invito a priorizar su seguridad, a formarse antes de rodar, y a entender que el conocimiento salva vidas. Y a las autoridades, hacemos el llamado para avanzar en el fortalecimiento del sistema de expedición de licencias, con esquemas como el de licenciamiento por puntos, garantizando procesos de formación teórica y sobre todo prácticas accesibles, de calidad, y con costos razonables, para que cada vez más colombianos puedan conducir con responsabilidad y confianza”.

La iniciativa Movemos Colombia, que agrupa a las ocho principales ensambladoras de motocicletas del país, propone una estrategia integral que se articula en tres pilares fundamentales, relevantes para cualquier empresa comprometida con la seguridad de su personal:

  • Protección personal como inversión: Se promueve el uso de elementos esenciales como el casco certificado, la ropa adecuada y el calzado cerrado. Estos no son accesorios, sino salvaguardas que minimizan riesgos y previenen accidentes, un factor crítico en la salud ocupacional.
  • Licenciamiento como preparación: La obtención de la licencia de conducción se enfatiza como un proceso de formación rigurosa, teórica y práctica. Esta preparación, alejada del aprendizaje autodidacta, es clave para que los motociclistas adquieran las habilidades necesarias para navegar las vías de forma segura, reduciendo la exposición a riesgos laborales.
  • Adquisición responsable del vehículo: La compra de la motocicleta se presenta como el resultado final de un proceso de preparación consciente. Para las empresas, esto significa que sus colaboradores inician sus desplazamientos con un nivel óptimo de seguridad y confianza, lo que contribuye a la continuidad de las operaciones y a la tranquilidad de los equipos de Recursos Humanos.

De acuerdo con la asociación de industriales, Movemos Colombia va más allá de los mensajes, ofreciendo herramientas prácticas a través de su plataforma digital y redes sociales www.movemoscolombia.com, brindando guías y contenidos pedagógicos accesibles. Con esta iniciativa, la cámara de la industria de motocicletas de la ANDI busca no solo fortalecer su sector, sino también contribuir activamente a la construcción de un ecosistema de movilidad más seguro, responsable y sostenible en Colombia, impactando positivamente en la fuerza laboral del país y en la gestión estratégica de las empresas.

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